PELICULA SIN NOMBRE

La Película es bastante realista sobre la inmigración por un lado y sobre los grupos marginales. Parece que el tiempo dónde los malos son muy malos y los buenos son muy buenos sigue en la mente de mucha gente que considera a los grupos marginales como un enemigo de la sociedad y que estos grupos pretenden eliminar a la sociedad por su maldad e irracionalidad. Los grupos marginales, sus problemas, necesidades y desgraciadamente sus respuestas, son inherentes a nuestra sociedad porque nuestra sociedad los ha creado, gracias a las injusticias, impunidad, desigualdad, mala distribución de la riqueza y un largo etcétera; la sociedad los ha marginado, los ha empobrecido y explotado, su existencia no es elegida, como tampoco su respuesta... “mi vida es una mierda” dice el protagonista, y una mierda es lo que esa gente ha recibido.

Por otro lado y en relación con lo anterior también podemos preciar como el escaso acceso al consumo de información conduce a los jóvenes a configurarse bajo modelos nacidos en las entrañas de las condiciones materiales. El ejemplo de smiley que nos trae la película nos puede sustentar esto, ya que al no poder enfocar su proyecto de vida bajo un modelo diferente, se ve obligado a introducirse en el mundo de las maras.

Como bien lo exponen Nydia y Manuel todas estas condiciones socio culturales y materiales configuran sujetos jóvenes que nos e acoplan bajo el modelo que pretendemos con el modelo globalizado. Las políticas a las que tratamos de introducir al cuerpo social joven  no se corresponden con las particularidades de su realidad, lo que los obliga a formularse estilos de vida, que en muchas ocasiones se salen de la ley misma. Además esa realidad en la que se encuentran, al no poder  incluida por el mundo globalizado los excluye de toda participación y visibilización política, es decir, que les da la espalda completamente a lo que se responde con el uso de la violencia, como en las maras, como respuesta para ser notados y tener de cierta manera participación.